04/05/2015. DEBER DE SOCORRO
Condena a un médico
que no atendió a un accidentado cerca del hospital
El médico ha sido condenado por
omisión de socorro a una multa de casi 3.000 euros e inhabilitación para el
ejercicio de profesión, cargo público o empleo de facultativo durante seis
meses.
Una sentencia del Tribunal
Superior de Justicia (TSJ) de Castilla-La Mancha respalda la condena a un
médico por un delito de omisión del deber de socorro al negarse a atender a una
víctima de tráfico en un accidente que tuvo lugar a 60 metros del hospital en
el que el facultativo se encontraba de guardia.
La víctima, que finalmente
falleció, se empezó a encontrar mal en casa y decidió acudir al hospital
público conduciendo su propio vehículo y acompañado por su pareja, en avanzado
estado de gestación. Casi al final del trayecto se desvaneció colisionando con
un vehículo estacionado frente a la puerta principal del hospital.
El médico, que estaba en esos
momentos prestando servicio de urgencias, se negó a acudir al lugar del
accidente, pese a ser requerido dos veces por la Guardia Civil, una por la
Policía Local y dos más al ser llamado desde el número de emergencias 112. En
su defensa, alegó que probablemente la víctima hubiera fallecido al tiempo en
que fue requerido por los agentes y que era inútil cualquier actuación médica,
algo que el TSJ rebate señalando que, precisamente por no haber ido, "no
puede afirmar que el paciente que no examinó hubiera muerto". Además, el
tribunal recuerda que la normativa que regula las funciones de los facultativos
en servicios de urgencias no prohíbe prestar asistencia sanitaria en la puerta
del centro médico.
Finalmente es condenado por
omisión de socorro (artículos 195 y 196 del Código Penal) a una multa de casi
3.000 euros e inhabilitación para el ejercicio de profesión, cargo público o
empleo de facultativo durante seis meses, y deberá indemnizar a los padres de
la víctima con 20.000 euros a cada uno, y a la mujer y la hija (que nació poco
después del fallecimiento) con 30.000 euros cada una, por el daño moral causado
por la incertidumbre de si se hubiera podido salvar.
Fuente: expansión.com